¿Qué ocurre si mezclamos historia en primera persona, inglés y un nombre propio tal que "Clay"? Analicemos con atención los tres elementos:
-Historia relatada en primera persona. El narrador es el protagonista y habla siempre desde su punto de vista, refiriéndose a si mismo como "yo".
-Novela escrita en inglés. Para aquellos que no lo sepais o necesitéis que os refresque la memoria, la lengua sajona no tiene género en los adjetivos.
¿Quizá sepáis ya por donde van los tiros? ¿No? Hagamos la siguiente ecuación:
-Historia relatada en primera persona. El narrador es el protagonista y habla siempre desde su punto de vista, refiriéndose a si mismo como "yo".
-Novela escrita en inglés. Para aquellos que no lo sepais o necesitéis que os refresque la memoria, la lengua sajona no tiene género en los adjetivos.
¿Quizá sepáis ya por donde van los tiros? ¿No? Hagamos la siguiente ecuación:
"Yo" + adjetivos sin género= personaje sin sexo determinado.
Aquí entra en juego, pues, el siguiente factor:
-Nombre del /la protagonista: Clay.
¿Qué persona os evoca ese nombre? Juntémosla a esta portada:
-Nombre del /la protagonista: Clay.
¿Qué persona os evoca ese nombre? Juntémosla a esta portada:
Para mí, Clay era una chica lesbiana que no había confesado nunca su amor a la otra chica de la historia por miedo a ser rechazada. Y ahora, AHORA, a más de la mitad del libro, me entero de que Clay es un chico. ¡UN CHICO! Perfectamente podría haber pasado toda la novela pensando que era una chica si no fuera porque al fin alguien habló de ÉL. Creí que leía mal al leer "him". ¿No debería ser "her"?
Pues no. Clay Jenson es un chico, pese a que mi mente perturbada no quiera aceptarlo.
Cuidado, amigos, ¡cuidado! ¡Las palabras son traicioneras!