1000 descargas

¡Llegamos! La primera parte de Como tú quieras llamarme ya ha alcanzado, ni más ni menos, que el increible número de 1000 descargas. Uno y tres ceros, sí, señoras y señores. Y el segundo no se queda muy atrás, pues también ha pasado las 900. Recuerdo cuando hace no mucho decía que haría una fiesta si llegaba a alcanzar el mágico número de 1000. ¿A alguien le apetece tarta? Que esto es casi como un cumpleaños, jeje.

No sé como agradecéroslo. Es tan increible. Gracias a todas las lectoras que habéis descubierto a Pablo, Bruno y shhhh (Damien). También gracias a todas aquellas personas que les han hecho publicidad en sus blogs ^_^

Yo además de esta increible noticia, tengo algo más que festejar: ¡ya han venido los Reyes Magos! Sí, lo sé, se han adelantado. El pasado miércoles llegaron a mi casa con los camellos (o eso creo; como todos los años, no llegué a verles) y me dejaron un regalo que llevaba esperando desde hace bastante tiempo: ¡un e-reader! ¿Habéis oído hablar de esos libros electrónicos que usan la tinta electrónica y que permiten una lectura sobre pantalla con la misma calidad que si fuera en papel?

Os presento mi e-reader con el primer capítulo de "Como tú quieras llamarme 2" y detrás, para que os hagáis una idea del tamaño, "Los Juegos del Hambre" (también se ve la esquinita de "Un burka por amor"). Sé que la letra parece pequeña en esta imagen, pero lo bueno de los e-readers es que se pueden elegir distintos tamaños de letra, así que la lectura es muy cómoda.

Ya aprobeché para leerme "Conquistada por el jeque", un libro que estaba en la memoria y que, bueno, ni fu ni fa para mi gusto, pero que me permitió coger soltura con el aparatejo. También he estado releyendo en él algunas de mis historias; creo que se terminó el hacer fotocopias para revisarlas :D

No obstante, he de decir que aunque ya haya sucumbido al e-reader, soy una de las que opinan que los libros en papel nunca dejarán de existir (bueno, nunca, nunca... al menos no a corto-medio plazo).

Y me despido con un pensamiento pasajero. Me comentaron el otro día que seguramente en unas cuantas generaciones la gente dejará de saber cómo se escribe a mano ya que con los ordenadores, las pizarras electrónicas en los colegios, etc, no habrá necesidad de los textos manuscritos. Da que pensar, ¿no?