24 de septiembre de 2012

Reseña de "La puerta de los tres cerrojos"

La última reseña que hice (hará ya más de dos meses) fue de Quantic Love, de Sonia Fernández-Vidal. Pues bien, hoy os traigo otra reseña de la autora, en este caso de un libro anterior, "La puerta de los tres cerrojos". 

Aunque antes, permitidme hacer un paréntesis y confesaros que ya sé lo que sienten las mujeres que van a las rebajas el primer día y no pueden dejar de comprar cosas porque todo lo que ven les gusta. Me pasó hace unos días al entrar en la biblioteca de mi pueblo. Hacía tiempo que no pasaba por allí y de pronto encontré un montón de novedades. Cada vez que encontraba un libro que me gustaba no podía evitar que se me escapara un "ay, ay, ayyyyy" emocionado, y es que iba buscando un par de libros de Maite Carranza (de los cuales al final solo encontré uno) y acabé saliendo con cinco: La puerta de los tres cerrojos, Tempus Fugit, Cuentos de Bereth 3, Pomelo y limón y Magia de una noche de verano. 

Si por mi hubiera sido, hubiera cogido un carrito y lo hubiera llenado a tope, sin pensar en la fecha de devolución, sin acordarme de todo lo que tengo que hacer. Pero no me dejan sacar más de cinco cada vez así que me tuve que contener y, cual caballo al que ponen sendas viseras en los ojos para no ver lo que tiene a su alrededor, salí cargada con los cinco libros (gracias a la bibliotecaria por la bolsa), más feliz que una lombriz. 

Y ahora, al meollo, pues vengo a contaros un poquito sobre "La puerta de los tres cerrojos" de Sonia Fernandez-Vidal.

Niko es un muchacho de 14 años que una mañana elige otro camino para ir al instituto y descubre una casa que no había visto nunca. Atraído por el misterio, entra y se encuentra inmerso en un universo extraño. Dentro del mundo cuántico pasan cosas sorprendentes: un universo se crea de la nada, un taller de relojería ofrece viajes a la velocidad de la luz y un gato aparece y desaparece al mismo tiempo. Lo que Niko ignora es que tiene una misión importante; por suerte le ayudarán unos nuevos amigos que acaba de hacer en este curioso mundo.

La obra narra el viaje del joven Niko al mundo cuántico, un mundo prohibido para los humanos. Él es el primer humano que lo atraviesa después de miles de años y lo hace a través de la puerta de los tres cerrojos. 

El cuento (lo considero más un cuento que una novela) nos introduce al universo cuántico, no de forma metafórica sino dándonos de verdad lecciones de física cuántica; básicas, por supuesto, pero lecciones al fin y al cabo, que nos acercan a ese mundo en teoría inalcanzable para los jóvenes. Porque no nos engañemos, es un libro para niños/jóvenes, sin grandes pretensiones en la trama pero con un trasfondo didáctico no muy frecuente.

Si queréis pasar un rato entretenido, no dudéis en leer este libro. 

Yo os dejo con un acertijo que se formula en el cuento y que me gustó bastante, ¡a ver si sabéis la respuesta!, y si no, ya sabéis, os tocar leer el libro, jeje.

Os pongo en situación: avanzáis por un laberinto y llegáis a un punto donde el camino se bifurca en dos. Leéis el siguiente aviso:

“Uno de ellos es el de la mentira; dirige a quienes lo recorren a las profundidades del laberinto y nunca podrán salir de él. Una muerte horrible espera a los desafortunados que escojan esta senda. El otro es el camino de la verdad; y lleva al que lo recorre hasta la puerta, la única vía para salir vivo del cuántico. Dos guardianes hacen turnos para custodiar la encrucijada. Uno de ellos viene del camino de la mentira y, por lo tanto, siempre miente. El otro viene del camino de la verdad y siempre dice la verdad. A simple vista no hay manera de reconocer cuál de los dos guardianes tienes delante: ¿Será el del camino de la verdad o el de la mentira? Pensad bien lo que vais a preguntar, pues sólo tenéis una oportunidad para que el guardián os indique el camino correcto”.
¡Felices lecturas a todos!

¿Queréis ver el perfil de la autora en Letras de Encuentro? (pronto os contaré más sobre esta iniciativa).