30 de mayo de 2012

El síndrome del pijama: escritores poco productivos

Hace unos días leí un artículo sobre cómo evitar el síndrome del pijama al trabajar en casa (leer artículo) y me sentí bastante identificada. No es que escriba en pijama, el síndrome del pijama no consiste solo en aprovechar que trabajas en casa para pasarte el día en ropa de noche, sino que al trabajar en gran medida desde casa me cuesta concentrarme y centrarme en lo que hago. 

Quien trabaja en una oficina no se levanta cuando quiere, no se pone a hacer tareas domésticas ni cae en las redes sociales en horario de trabajo (y si lo hace, no debería). En casa, al no tener quien te controle salvo tú mismo, si no tienes un horario y disciplina  las horas se vuelven improductivas y acabas no rendir ni tener tiempo para nada. Es cierto que muchos de nosotros escribimos en nuestro tiempo libre y quizá os parezca que esto del síndrome del pijama no va con los escritores no profesionales porque es más una afición que un trabajo, pero ¿no sería genial terminar una obra mucho antes de lo que la terminamos siendo poco constantes?

Escribimos cuando tenemos inspiración, cuando tenemos ganas, cuando el resto de nuestras obligaciones nos dejan. ¿No creéis que nos sería mucho más provechoso si superáramos nuestro propio síndrome del pijama y nos fijáramos unos horarios y unas reglas para dedicarnos a escribir? Después, si quieres y puedes dedicarle más tiempo, ¡bien por ti!, pero al menos cumplir un mínimo diario en el que solo nos dediquemos a escribir. 



Recuerdo que los libros del famoso Jordi Sierra i Fabra (junto con otros cuantos autores) me inspiraban poca confianza porque escribía demasiados libros en un año. "Si lo ha escrito en tan poco tiempo no puede ser bueno", pensaba. Hasta que descubrí que sus jornadas de trabajo son maratonianas. Una vez tiene la idea clara, se pasa meses escribiendo mañana y tarde; es constante, apasionado y disciplinado en lo que hace. 

Megan Maxwell, por poner otro ejemplo de autora que publica bastante anualmente, se levanta todos los días y deja un mensaje en Facebook en el que da el parte meteorológico de Madrid y añade un "¡A currar!", desapareciendo seguidamente de las redes sociales. ¿Hay que desconfiar de la calidad de sus obras porque este 2012 vaya a publicar 4 libros? No, se lo trabaja. Además, supongo que parte de esas obras estarían guardadas en un cajón y ahora ha conseguido publicarlas. 

También se me vino a la cabeza mientras pensaba cómo redactar este artículo algo que Esther Sanz dijo en la presentación que hizo en Murcia de "El bosque de los corazones dormidos". Su frase fue más o menos la siguiente: "las horas de las madres cunden más". Se refería a que desde que es mamá rinde mucho más en las dos o tres horas que se puede sentar por la noche a escribir. Sabe que si no escribe durante esas horas no podrá hacerlo en otro momento por su trabajo y por sus hijas, centrándose mucho más en la escritura cuando se pone a ello, de tal forma que las horas que dedica a escribir las dedica precisamente a eso, a escribir. Nada de entretenerse en la red ni de pensar en otra cosa que no sea su novela y la escena que se trae entre manos. 

Otros autores, aun siendo disciplinados y escribiendo muchas horas al día no publican anualmente, es cierto. Supongo que el tiempo que requiere escribir una obra depende mucho del género, la temática, la trama, la extensión de la novela y, muy especialmente, del autor. Conozco autores que pasan horas para escribir un párrafo y otros que escriben 20 páginas en un día sin ningún problema. 

Escritores poco constantes que me leéis, ¿hacemos un propósito de Año Nuevo de verano? ¿Nos proponemos ser disciplinados y encontrar aunque sea media hora diaria para escribir todos los días?



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4 comentarios:

Victoria Rodríguez dijo...

¡Yo me apunto! Soy totalmente indisciplinada y es cierto que aunque sean horas libres, en casa no aprovecho las horas como debería...

Me ha encantado el artículo, Alba!!

Un besazo

Alba Navalón dijo...

Gracias por pasarte, Victoria =)

¿Así que tú tampoco eres disciplinada? ¡Mal, mal! Tenemos que ponerle remedio a esto pero ya, ¡eh! Je, je.

Megan Maxwell dijo...

Ehhh muy bueno el artículo. Yo en mi caso si que soy disciplinada. Mucho. Todos los días tras poner eso de ¡a currar! trabajo en la novela que tenga entre manos. Unos días más, otros menos, pero soy constante.
Muchas gracias por nombrarme con tanto cariño. Un besazo reina y ya sabes....¡¡¡a currar!!! (jajajaja)

Alba Navalón dijo...

¡Gracias por pasarte, Megan! Un lujazo tenerte por aquí ^__^

Y por eso precisamente decidí ponerte en el artículo, porque sé que eres disciplinada y que por ello te cunde mucho. Además, tus partes meteorológicos de "buenos días" por Facebook siempre me hacen sonreír, jeje.

Muchos besos de rana también para ti. ¡Muak! (O ¡croak!)