24 de marzo de 2010

Comienza la espera


El proceso de escribir tiene partes que no le gustan a nadie (o tal vez sí, ¿quién sabe? Hay gustos para todo). Yo particularmente el momento que más odio es el de revisión; en segundo lugar pondría cuando me quedo en blanco sin saber cómo seguir (ufff, qué mal lo paso), y después en mi lista está el que voy a sufrir en propias carnes durante los próximos meses: LA ESPERA. (Muahaha, suena a película de suspense para el sábado por la tarde).

Este viernes a mucho tardar (de hecho, posiblemente sea mañana), saldrán de mi casa estos dos paquetes (sí, saldrán solos por sus propias patas...). Uno con destino a Cataluña y otro con destino a Cantabria. Para saber algo del sobre blanco que véis, tardaré aproximadamente un mes, mes y medio. De un paquete igual que el blanco que ya he llevado a su destino esta mañana tendré noticias en poco menos de un mes. Hasta ahí vamos bien: ambos van a concursos y hay fecha límite para saber si ha habido suerte o no. Sin embargo, el otro, el marrón de cuatro dedos de grosor (ufff) puede llevarse entre tres y seis meses si es que alguna vez llega la respuesta.

Que mal, con la poca paciencia que tengo yo, que en la cocina me sale casi todo medio crudo porque no aguanto a esperar más, jeje. Pero son gajes del oficio. Ayer una profesora nos dijo que no teníamos iniciativa, que parece que nuestro sueño es llegar a ser funcionarios, cobrar todos los meses un sueldo fijo y hala. Yo si tengo iniciativa, pero para las cosas que me gustan, no para las cosas que ella nos enseña (Y_Y). Mi sueño está sinceramente lejos de lo que ella puede ofrecerme (aunque por suerte no está totalmente desvinculado de mis estudios en la universidad, pues sino vaya año y medio me esperaba, jajaja).

Espero seguir aquí con vosotr@s blogueando para cuando reciba noticias del sobre marrón dentro de una vida entera... jejeje.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cada vez es más dificil soñar. Y aún más dificil saber leer y escuchar los sueños de los demas. ¡Hasta para los sueños nos estamos volviendo autistas